LA RAZA IBÉRICA
EL CERDO IBÉRICO
El cerdo ibérico se cría de manera natural en la Dehesa Extremeña, uno de los ecosistemas más característicos y ricos de nuestra tierra.
Existe una interrelación única entre ambos, ya que la conservación de este entorno depende de la presencia del cerdo ibérico, y a su vez, la dehesa proporciona los recursos necesarios para el desarrollo óptimo de estos animales.
El equilibrio ecológico de la dehesa se mantiene gracias a la actividad del cerdo ibérico, haciendo de esta simbiosis un ejemplo perfecto de sostenibilidad.
ASÍ SE CRÍA EL CERDO IBÉRICO
LA
MONTANERA
La montanera es una fase crucial en cría del cerdo ibérico, que se lleva a cabo de octubre a febrero. Durante este período, los cerdos se alimentan exclusivamente de bellotas y otros recursos naturales de la dehesa. Los cerdos entran en esta etapa con unos 90 kilogramos de peso y pueden llegar a alcanzar los 160 kg. La bellota, por su elevado contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal y se transforma en la famosa grasa, mientras que las hierbas añaden el peculiar perfume a todos los derivados del ibérico de bellota.
LA DEDICACIÓN
DEL PORQUERO
En Montesano, la dedicación y la tradición familiar son esenciales en la cría del cerdo ibérico. El porquero, con su experiencia y pasión por la dehesa, es fundamental en este proceso. Su atención diaria y conocimiento garantizan el bienestar de los cerdos, resultando en productos de alta calidad. Este proceso, llevado a cabo con el conocimiento de generaciones, es el secreto para obtener el sabor y la textura únicos de nuestros productos ibéricos.